Hay ocasiones en las que estar al mando implica tomar decisiones difíciles, muchas veces trascendentales para la vida de otros e incluso para la propia vida, decisiones que deben adoptarse, con todas sus consecuencias, en absoluta soledad.
Esta es la historia de un hombre que tuvo que tomar una de esas decisiones, y también la de aquellos cuyos destinos se vieron condicionados por ella. Es la historia, dolorosamente humana, de individuos abocados a librar una batalla que nunca podrían ganar en una guerra ya perdida.
Una novela sobre el horror de la guerra y el heroico sacrificio de un puñado de hombres atrapados en ella.
La mayor virtud de La soledad del mando —entre las muchas que tiene— es que reconstituye la memoria de vencedores y vencidos. No hay frentes, no hay «malos» ni «buenos», simplemente hay hombres padeciendo un sufrimiento que, en última instancia, no han provocado ellos, pero les ha tocado vivir.
La autora consigue distanciarse de los grandes movimientos tácticos y de los grandes generales —los únicos «malos» de esta historia— para conformar una narración próxima al lector tanto por sus protagonistas como por la propia historia.
Isabel Sierra consigue desarrollar el relato con claridad, realismo y detalle de sus pasajes, permitiendo al lector adentrarse en las mismísimas trincheras.
Una obra que engancha por su genial sencillez. Cualquier lector podrá acercarse a su argumento sin dificultad ni pesadez alguna, siendo un libro ideal para acercarse a un género como el histórico-bélico.