Luka está teniendo un día de perros: se ha quedado sin gasolina y se ha visto obligada a dar un largo y «agradable» paseo (con tacones y por una carretera en mal estado) hasta la gasolinera. Para colmo de males, allí se encuentra con un graciosillo que presencia divertido cómo acaba tirada en el suelo del aseo lleno de «fluidos insanos». Un tipo encantador —es un decir— que se ríe (a carcajadas) de ella.
Más tarde, ya repuesta del percance, acude a la fiesta de Halloween de su barrio disfrazada de C3PO y dispuesta a pasárselo bien. Todo va como la seda hasta que se encuentra con un Drácula, que no es otro que el tipejo de la gasolinera. Luka se propone odiarlo, pero él despliega todo su encanto y resulta que ya no es ni tipejo ni graciosillo, sino un hombre fascinante que además está más bueno que un queso.
¡Y qué narices! Bajo las placas de metal de su disfraz hay carne, y la carne es débil ¿no?
Autora ya publicada en Esencia y Zafiro, con ventas sólidas tanto en papel como en digital.
La novela tiene un estilo sencillo, ágil y fácil de leer que te envuelve en escenas cotidianas que enganchan a la lectura.
Destacan los diálogos mordaces, descarados, atrayentes y cómicos.
Escenas de erotismo explícitas y ardientes.
Una novela con dosis de humor, momentos tiernos y unos personajes reales y creíbles con los que es muy fácil empatizar.