Esta historia comienza con la caprichosa confusión de un agente de viajes. El azar o el destino llevarán a un escritor a Amantea, un pueblo de la costa calabresa. Allí descubrirá, olvidado en un cajón, el diario personal del antiguo inquilino, un tal Víctor Próspero. Bajo el cuero negro de la tapa que protege sus páginas se esconderá el desgarrador relato de un amor interrumpido, la vida de un hombre roto en mil pedazos por la repentina desaparición de su amada.
Amantea irrumpe en el lector como una ola, inunda y borra cualquier concepción previa de un amor clavado en el alma.
De la pluma de David Cantero surgen la nostalgia y la memoria, el sentir y el sufrir de uno de los protagonistas más sentidos que se hayan creado.